Los sondeos pronosticaran un voto a favor de quedarnos. Eran erroneados. En palabras del dicho inglés, los pavos sí habían votado a favor de la Navidad.
¿Y los meses a partir del referéndum? El caos. David Cameron tenía que renunciar su puesto. Los lideres del Brexit peleaban entre sí para ser su heredero mientras la señora Theresa May esperaba sin decir nada; una estrategia sabia, porqué ya es la nueva inquilina de la famosa Numero 10.
Sabia para ella quizás, pero no para el país en mi opinión. Es evidente que no había planteado nada. Durante sus primeras semanas solamente repetía la mantra "Brexit significa Brexit" que es la manera política de decir " No sé". Más recientemente ha cambiado la mantra pero no lo que significa. Ahora dice "no voy a divulgar nuestra estrategia para no dar ventaja a Bruselas"
Pero lo que los para Brexit prefieren olvidar es que la diferencia en votos entre las 'abandonar' y las 'quedar' no alcanzó a dos por ciento. La opinión nacional efectivamente se dividó por la mitad.
¿Qué ahora? Una cuestión que carece de respuesta.