domingo, 26 de septiembre de 2010

Y del futuro ¿qué?

La última vez escribí de la armonía que se encuentra entre los vecinos y los inmigrantes aquí en el pueblo. Claro que no haya ningún lugar perfecto, y Frigiliana no representa una excepción. Tristemente, hay británicos que se enorgullecen de no poder hablar español; que prefieren quedarse entre sus compatriotas; y que no intervienen en la vida diaria de sus hospederos. Igualmente, hay aguanosos a los que ne les gustan a los guiris. Sin embargo, la mayoría viven acordadamente.

Pero me pregunto, ¿Para cuánto tiempo? Los adultos jovenes no han experimentado un tal cambio de norma de vida como lo que experimentaban sus padres y sus abuelos. Ellos han disfrutado desde niño de una vida cómoda y agradable. Sí, reconecen la importancia económica del turismo. Provee sus empleos; empleos que no exigen que salgan de su pueblo nátivo. Pero, ¿ qué opinen de que un cuarto de la población vino del extranjero? Y,¿qué piensan de que el dinero extranjero ha cuasado una inflación inmobiliaria que en muchos casos, les imposibilita comprar donde vivir en su propio pueblo?

Sospecho, más bien temo, que en el futuro haya posibildad de conflicto entre el pueblo de Frigiliana y los extranjeros ante los que hagan anfitriones.

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